Una mano como
ninguna otra
Por Peg Kaplan
para
Bridgewinners
En
las finales de un torneo de equipos
knockout, mi partner y Yo nos
enfrentamos a Cezary Balicki y a Adam
Zmudzinksi, una de las mejores parejas
de bridge del mundo. Repartimos, como
todo el mundo, las 6 manos en la mesa y
comenzó el juego.
Estaba sentada en primera posición con vulnerabilidad a favor. Nunca
recibí una mano asi:
K J 8 7 6 4
A Q J 9 8 7 5
Abrí
de 1. Cezary,
a mi izquierda, sobre-declaró 2,
alertados como naturales pero que
negaban palos cuartos mayores. Partner
gentilmente me apoyo con 2
y Adam hace un cuebid de 3.
Decido
mantener escondido mi palo de espadas.
La única cuestión era: cuan alto
subastaba los diamantes así que probé
con 5.
A este canto le siguió un 6
a mi izquierda,
y un pass de mi partner. La cosa no
había finalizado aun para Adam que dijo
6. De
ninguna manera los iba a dejar jugar un
slam vulnerable conla mano que tenia!
así que salve a 7
que
Cezary dobló. Pero....la subasta no
había terminado aun...Adam subastó 7!
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Pensé
un largo rato...Podía ser que 7
no
tuvieran juego.
Y si mi partner
tenia algo parecido a:
Q x x
x x x
K x x x x
x x estaban tendidos.
Asi
como no existen 8,
nombre mi palo de espadas
por primera vez a la altura de 7!
Cezary
se encogió de hombros y
doblo...finalizando la subasta. La
salida fue el
9
y se tendió el muerto:
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No cubrí, pero Adam sobre-tomo con el
A
y yo falle.
Jugué un triunfo chico hacia el muerto,
Adam a mi derecha gano la baza con la
Q
y volvió un corazón chico,
que falle con el
8.
Cezary mira...y proclama: “Tienes una
6-7!” y sobre-falla con el
A
para jugar su
K
singleton,
darle un fallo a su compañero y anotar,
3 abajo: -500.
Como se ve, mi suposición estaba totalmente errada. RHO tenia:
Q x
A K Q 10 x x x x
-
Q x x...7...no
se cumplen.
Un pass nos daba +100.
En
la otra mesa, a nuestros compañeros les
dejaron jugar
6
y anotaron 1430,
así que mi decisión solo costo 3 IMPs.
La mano nos dio 14 IMPs.
Al finalizar el match, varios swings de
dos dígitos puso al equipo contrincante
el equipo de Nanette Nolan, del lado de
los ganadores.
Todos, sin embargo, vivimos la emoción
de haber podido jugar una mano muy poco
frecuente. |
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